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Las comunicadoras del Chaco necesitan más de un trabajo para vivir y sufren violencia verbal

La encuesta sobre la situación laboral de las mujeres de prensa, realizada por el Frente de Trabajadoras de la Comunicación del Chaco (FTCC), confirmó el pliego de reclamos de la adhesión del Paro Internacional de Mujeres porque el 77,7% de las encuestadas necesita más de un trabajo para llegar a un sueldo digno; el 14% está precarizada; casi el 31% es monotributista y el 63,5% fue víctima de violencia verbal en su lugar de trabajo.

La encuesta se realizó vía online sobre una muestra de 104 mujeres que trabajan en distintos ámbitos de la comunicación en la provincia. El 64,5% es del área metropolitana de Resistencia; mientras el 35,5% restante es del interior chaqueño. Del total de mujeres encuestadas, las que trabajan en prensa en organismos públicos representan el 30,8% y le siguen en importancia espacios como comunicación institucional (27,9%) y radio (27%).

Los resultados de esta consulta coinciden con el pliego de reclamos que motivaron la adhesión y convocatoria al Paro Internacional de Mujeres de este 8 de marzo en tres puntos: condiciones de contratación y laborales, acceso a puestos jerárquicos y a secciones tradicionalmente masculinas, y violencia hacia las trabajadoras en el sector.

Precariedad y vulneración

La encuesta realizada a las trabajadoras de la comunicación de la provincia revela que el 30,8% trabaja como monotributista, coincidiendo este porcentaje en el número de mujeres que se desempeña en prensa de un organismo público. Esto nos dice nuevamente que en el ámbito de la comunicación, el Estado sigue siendo el sujeto a quien reclamar condiciones laborales más dignas.

Las trabajadoras que están en relación de dependencia representan el 40% de las encuestadas, sin embargo, el 74% de ellas no cobra beneficios como pago de horas extras, feriados trabajados, vales de comida o trabajo nocturno.

La precarización es una realidad que afecta indistintamente a varones y mujeres en los medios de comunicación, pero la cifra es alarmante para las mujeres, en tanto, el 14,4% de las entrevistadas manifestó estar sin recibo de sueldo y sin ningún tipo de contrato.

El 42,3% de las trabajadoras dijo que necesita trabajar más de ocho horas al día para reunir un salario que le permita mantenerse a ella y a su familia. A esa doble jornada laboral hay que sumarle la jornada hogareña, que en el 99,5% de los casos recae en las mujeres y es trabajo no remunerado. Además el 40,8% tiene más de un trabajo para alcanzar ese sueldo, y para el 77,7% su mayor ingreso proviene de la labor relacionada a la comunicación.

Hacer carrera

La trabajadora de la comunicación no escapa a la suerte que históricamente le tocó a la mujer en materia laboral; y poco y nada de democracia se practica al interior de los medios y espacios de comunicación.

En materia salarial, el 41,3% de las trabajadoras sufre o sufrió violencia económica, esto significa que cobra menos que su par varón por la misma tarea.

En relación con el acceso a puestos jerárquicos o de toma de decisiones —que son los que marcan la agenda de los medios— el 68,3% de los casos trabaja bajo la dirección de un hombre. Esto indica que de cada diez puestos de jefes de redacción, por ejemplo, sólo tres los ocupan mujeres.


El 50% de las encuestadas se desempeña como redactora o cronista —categorías iniciales en el ejercicio periodístico y las más básicas en la escala salarial—, junto con el 27,9% que se desempeñan como productoras. Le siguen en importancia roles como locutoras, movileras, conductoras o creativas, que tampoco representan sueldos mucho más altos.

Sólo el 34,6% ocupa un puesto de responsable de comunicación institucional, que puede significar algún nivel de poder mayor en la toma de decisiones o de definiciones de las estrategias comunicativas a implementar por esa institución.

La encuesta reveló algo que las comunicadoras intuían: casi no existen mujeres en puestos técnicos de la comunicación porque sólo se registraron tres camarógrafas y una operadora técnica.

El acceso a secciones como deportes, política y policiales, consideradas típicamente de varones, es restringido: sólo el 15% cubre temas deportivos y el 19,2% hechos de sangre. Cultura y espectáculos es la sección femenina por excelencia con el 36,5% de encuestadas desempeñándose allí.

Las trabajadoras de Resistencia y del interior dicen cubrir en su mayoría secciones como política o locales, áreas que en la mayoría de los casos refieren hechos de gobierno o temas de interés general que no requieren mucha especialización; pero sí se vuelven necesarios en la factura a fin de mes.

Violentadas

La violencia en los espacios laborales es alarmante: el 14,4% de las trabajadoras de la comunicación sufre o sufrió acoso sexual, por parte de sus compañeros, jefes o en las coberturas periodísticas.

La violencia simbólica es la que más se da: el 63,5% de las trabajadoras sufrió descalificación, ninguneo, aislamiento y desvalorización en su lugar de trabajo. La violencia verbal también arrojó una cifra para repensar las relaciones laborales: el 45,2% de las mujeres dijo haber sido víctima de insultos, gritos, amenazas o intimidaciones en algún momento de su carrera.

A esto hay que recordar que en el 68% de los casos el jefe inmediato es un varón, quien en muchas ocasiones ejerce este tipo de coerción.


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